La Mansedumbre, Reflexión por el Pastor Julio Ramos, Iglesia Fuente de Salvación, Paterson, NJ

22ª Convocatoria Estudiantil

INSTITUTO TEOLÓGICO LA GRAN COMISIÓN

Sábado 15 Junio 2024, 8:30AM Iglesia La Gran Comisión 53-57 Marshall Street, Paterson, NJ 07501

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Bendiciones,

Aquí compartimos la reflexión que hizo el Pastor Julio Ramos en la 22a Convocatoria Estudiantil del Instituto La Gran Comisión el sábado 15 de junio del 2024 en La Iglesia La Gran Comisión en Paterson, NJ. 

La reflexión dura unos veinte minutos. Le recomendamos escucharla atentamente porque tiene un mensaje sobre ser mansos y ser humilde en base a Mateo 5:5 que dice: “Bienaventurados los humildes pues ellos heredarán la Tierra”. 

¿Se ha preguntado alguna vez si usted es manso, humilde de verdad? 

En su reflexión, el Pastor Ramos preguntó a los estudiantes y a los presentes ¿Son ustedes humildes? ¿Es humilde usted de verdad? Personalmente, esas dos preguntas me hicieron reaccionar y responderlas. Sugiero que usted considere responderlas también.

El Pastor Ramos explica lo que es ser manso y ser humilde y recalcó que uno no le sirve al Señor si uno no es manso. Dijo, “Usted no puede ministrar si usted no es manso”.

Con cada reflexión y cada curso que ofrecemos, estamos impactando el mundo espiritual.

Todo lo que hacemos en el Instituto es enseñar La Palabra De Dios. Nuestro afán es desarrollar el potencial de cada estudiante para que se cumpla el propósito de Dios en su vida. 

Si usted desea obtener un fundamento sólido en La Palabra de Dios para activar su ministerio, lo puede hacer en el Instituto que ofrece clases en persona cada dos sábados y online a su conveniencia. La Palabra de Dios tiene poder.

La próxima reflexión será este sábado 22 de junio a las 8:15am durante la 23a Convocatoria Estudiantil del Instituto. La Pastora Paula Nieves hará una reflexión sobre El Diezmo es una Bendición de Dios. Ella explicará que es el diezmo, el origen y que significa basado en Malaquías 3:10, Numeros 18:28, Deuteronomio 26:12, Levítico 27:30 y Lucas 11:42. 

Anímese y acompañe a nuestros estudiantes este sábado en su 23a Convocatoria.

Que Dios, me los bendiga a todos. 

Amen. 

Néstor Montilla, Ph.D., Decano

Transcripción por el Instituto Teológico la Gran Comisión

ENGLISH

La Mansedumbre, Reflexión por el Pastor Julio Roman, 

Iglesia Fuente de Salvación, Paterson, NJ

En el Nombre de Jesús te damos gracias por esta mañana. Te pedimos que Tú nos bendigas Señor con Tu Palabra; que Tú prepares nuestro corazón; que Tú prepares nuestro entendimiento espiritual para recibir Tu Palabra; recibir esta semilla, esas semillas, Señor, que transforman; se hacen mía, Señor, que penetran hasta lo más profundo de nuestro ser, para producir, Señor, su fruto. En el Nombre de Jesús, te doy las gracias Señor, por este privilegio que nos has dado hoy de traer Tu Palabra, Señor, en el Nombre de Jesús. Amén. Amén. Amén. Pueden sentarse mis amados. 

Amén. Mis gracias por la invitación. Para mí es un privilegio, es un grato honor realmente poder compartir La Palabra de Dios con ustedes y especialmente este tema que se llama “La Mansedumbre”. Amén. 

Ustedes saben lo que la mayoría de la gente… ustedes deben saber lo que la mayoria de la gente piensa acerca de lo que es una persona mansa. Quizás mucha gente piensa que una persona mánsa es una persona dócil y fácil de convencer; una persona que otros pueden imponer su voluntad sobre ellos. Pero eso es una idea errónea de lo que realmente es la mansedumbre. Amén.

Y la mansedumbre realmente fue modelada por nuestro Señor Jesucristo. La Palabra dice en Mateo 5:5, dice: “Bienaventurados los humildes pues ellos heredarán la Tierra”. 

Esa palabra “humilde” es la misma palabra “mansos” y eso es lo que la gente no entiende. Y eso es lo que la gente en el tiempo de Jesús no entendieron tampoco, porque en ese tiempo, ellos esperaban a un caudillo. Ellos esperaban a alguien que venía a conquistar, a derrotar al Imperio Romano. No esperaban a una persona humilde. No esperaban a alguien así con las características del Señor Jesús. 

Cuando el Señor dice: “Bienaventurados los mansos”, esa es una de las características que debemos tener nosotros. Es una de las características que el Señor Jesús tenía, porque Él no nos manda a hacer nada que Él mismo no haga, que Él mismo no modele. Él es nuestro modelo. Él es el Señor, y a pesar de ser el Señor, Él es dueño de todo el universo, el creador de todas las cosas. Él vino y se humilló. Se humilló por nosotros. Nos puso a nosotros por encima de Él. Y yo sé que para nosotros es un poquito difícil…es un poquito difícil a veces humillarse. Amén. Pero Jesús era manso.

Mateo 11:29 dice, y es lo que el Señor nos dice a nosotros. Dice: “Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas”.

O sea, el ser manso, ser humilde tiene su paga. O sea, dice que encontraremos descanso para nuestra alma. Y eso, mis hermanos, solamente con eso, solamente tu vivir con una alma libre; solamente eso, ya no necesitamos más. O sea, el mismo Señor nos da, solamente Él nos puede dar esa paz. Solo lo que el Señor puede dar no lo encontramos en dinero; usted no lo encuentra en nada de este mundo, si no esas personas de Hollywood bien adineradas, fueran los más felices de la tierra. Pero muchos de ellos hasta pierden todo lo que tienen. Muchos pierden hasta su vida tratando de encontrar alivio, tratando de encontrar descanso a su alma. O sea, y eso es para todos; eso es para los ricos. La bendición de Dios es para todos. Es para los pobres. Es para todos. Amén. 

Entonces, ahora cuando el Señor dice: “Se manso y humilde” y hacer pasar lo que Jesús pasó que no dijo ni una sola palabra; no maldijo a nadie. Amén. No contestó como muchos de nosotros contestaría.

Seamos honestos. ¿Ustedes son humildes? ¿Es humilde usted de verdad? ¿Podemos humillarnos cuando alguien se para en su callo? Y tengo que admitirlo, mis hermanos. El Señor dijo el que no fuera ojo por ojo. Dice, al que te pida la túnica, dice, dásela. Si te pide ir con él una milla, ve la extra milla. Amen. 

Ahora, ser humilde, no es que somos débiles. Ser humilde es una fuerza controlada. Es que tenemos control. Usted está en dominio, en dominio de su cuerpo, en dominio de sus emociones. Usted actúa cuando tiene que actuar. Usted se abstiene cuando tiene que abstenerse. O sea, Dios te da esa gracia. Dios te da ese poder de poder manejar tu cuerpo. Amen. Y yo sé que algunas veces se nos hace difícil. 

Por ejemplo el otro día… la iglesia esta aquí en la Broadway, y a veces es difícil conseguir parqueo allí. Y había un parqueo ahí delante de la iglesia y yo dije: “Ahí está mi parqueo. Gracias Señor”.  Y en lo que hago así para adelante y vengo para parquearme, otro se me metió atrás y se metió allí… así. Y yo me salí del carro. Yo no sé qué es lo que yo le estaba diciendo, pero él apenas abrió la ventanita, porque él pensó que yo lo iba a sacar del carro. No sé si a alguien le ha pasado eso. ¡Aleluya! ¿O soy yo nada más?

Y entonces de ahí me dijo, “¿Usted es el pastor de ahí verdad?” Ay Señor. Ya si, usted se imagina. Y yo le dije; “No tranquilo, parqueese hermano, qué ese parqueo es suyo… lo espero el domingo en la iglesia”. Demosle un aplauso al Señor. 

El Señor todavía está trabajando conmigo.  Bien, digan conmigo: “El Señor todavía no ha terminado conmigo”. Y Dios entiende y Dios nos comprende.  

Pero esa palabra de lo que es manso describe a un caballo con toda su fuerza. Pero con toda esa fuerza, sin ser domesticado, no le sirve a su dueño. No podría ser útil a su dueño. El señor quiere tomar todo el dominio. El Señor quiere tomar todo el control de cada uno de sus hijos, de cada uno de nosotros. 

Nosotros decimos: “Tú eres el amo. Tú eres el Señor”. Y esa palabra “Señor,” es la palabra, “KURIA,” es la palabra que significa “amo”, “autoridad total”, “máxima autoridad”. 

Ahora, ¿realmente vivimos así? Vivir así es andar por el espíritu. Vivir de esa forma es dejar que el Señor tome su lugar; tome su lugar en su vida, tome su lugar en su corazón, y que todo lo que hagamos, sea bajo este sentir, bajo esa presencia, bajo la dirección del Espíritu de Dios.

“Ya no soy yo”, decía Pablo, si no que eres tu que vive en mi. Y la vida que ahora vivo, ya no la vivo yo, sino el Espíritu de Cristo que vive en mí. Amen. Y eso es un fruto. Es un fruto del Espiritu.

Gálatas 5:22 y 23 dice, dice: “Mas el fruto del Espíritu es amor, es gozo, es paz, paciencia benignidad, bondad, fe, mansedumbre. Mansedumbre es un fruto y del Espíritu. Dios quiere que seamos así; que seamos mansos, que tengamos dominio propio. Contra tales cosas no hay ley.

O sea, ustedes están preparandose y yo los felicito por eso. No hay mejor cosa que eso. Conocer más al Señor. Conocer mas de Dios. Conocer quién es Él. Y conocer quién eres tú. O sea, cuando tu sabes quién tú eres; cuando tu sabes que tú eres un hijo de Dios; cuando tu sabes que Dios te ama, entonces tú te puedes someter a Él, porque Él te ama. Porque el quiere lo mejor para ti. Amén. Y por eso le respondemos. Es algo que sale de dentro como como un Fruto del Espíritu de Dios. Amén. Es una naturaleza, mis hermanos. Amén.

Y nosotros tomamos la decisión. Él no la toma por nosotros. Nosotros tomamos la decisión de ser mansos. Usted no le sirve al Señor si usted no es manso. 

Usted no puede ministrar si usted no es manso. 

Un día usted va a ir a ministrar; o no un día porque ministramos todos los días, hermanos. Tú eres una carta abierta al mundo. El mundo te ve a ti. Apenas tú dijiste que ú eres creyente, ya todos los ojos se ponen hacia ti para ver si realmente tú eres lo que tú dices. Y si en esto de mansedumbre, mejor ni diga que usted es creyente. Mejor ni diga que usted sigue a Cristo.

Porque este es un fruto, es una identidad que la gente se da cuenta y dice: “Este es un hijo de Dios”, porque lo miran en ti, en tus acciones, en lo que tú dices. Por eso es una decisión. Cada día tenemos que decidir. Ser mansos, ser humilde, así como cada día tenemos que decidir a amar, amar a tu esposa, amar a tu prójimo. Es una decisión, no porque son buenos, no porque se lo merecen. Dios te ama, no porque lo merecemos. Dios nos ama porque él es amor y su esencia está en ti, su esencia está en nosotros, y eso nos hace amar, inclusive a aquellos que nos persiguen.

Mateo 10:16 y terminó con este verso, dice: “He aquí, dice, yo os envío como a ovejas en medio de lobos. Sé pues, prudentes como serpientes y sencillos como palomas”. 

El señor nos envía como ovejas.  La oveja, mis hermanos, es inofensiva. Pero también dice que seamos astutos. Amen. O sea, tener esa sabiduría de Dios y la sabiduría de Dios se obtiene al conocer a Dios, al experimentar la Palabra de Dios, al vivir de acuerdo a Él, en cualquier situación. Todos los días tú tienes que tomar una decisión. Y cuando tú tienes la Palabra de Dios no sembrada en ti, todas tus decisiones, todo lo que tú haces, eso es filtrado, es sazonado con la presencia, con lo que tú sabes de Dios, con lo que tú tienes de Dios, y eso es lo que te hace la reacción. Accionar de acuerdo al espíritu. Eso es andar de acuerdo al espíritu, andar de acuerdo al señor.

“Te envío en medio de lobos”, eso significa que vas encontrar personas que van a querer devorarte, que van a querer morderte. En medio de eso, ¿cómo tú vas a responder?

Hay otra clase aparte que es sobre ceder derechos. No es ganar, no es imponer tu voluntad. Muchas veces vamos a tener que ceder el derecho. Amén. Y para poder manifestar este don, este don del espíritu, requiere saber quién soy.

1 Juan 5:1 dice, “Todo aquel que cree que Jesús es el Cristo, es nacido de Dios”. Amen.

Verdad que aquí todos somos nacidos de Dios. Si hay alguien…amén. 

Y eso es mis hermanos, es tener una humilde confianza de saber quién soy.  Lo importante es ¿qué Él piensa de nosotros? 

Él dice que tú eres su hijo. Él dice que te ama. Tu eres un príncipe de su reino. Ahora, nosotros aceptamos eso de Dios. Aceptamos el sentir de Dios hacia nosotros. Lo recibimos. Lo aceptamos. Si soy tu hijo. Acepto tu amor. Acepto la bendición que viene. Todos los beneficios que tengo con Él. Amén. Y eso requiere compromiso. Cuantos están comprometidos? 

O sea, no es solamente ser religioso. No es la religión la que cambia. Es vivir de acuerdo a la Palabra de Dios. No es como me visto. Esto es algo interno. Es algo poderoso. Es dejar que él nos cambie. Dejar que El nos transforme. 

No sé de dónde usted viene. No se cómo fueron las cosas en su casa. A veces podemos crecer pensando que las cosas son de una manera. Como crecí yo, pensando que las cosas eran en la manera del mundo, como el mundo las hace. Los consejos que recibíamos antes, eras consejos así del mundo. 

Cuando me casé, era como… me decían: “Vas a tener tu enemigo en tu cama”. Y venía con estas cosas. Nunca íbamos a durar, hermano. El mundo nos dirige hacia la perdición. Tuvimos que venir al Señor, y conocer al Señor; meternos al Señor para que nuestra casa tuviera un cambio porque ninguno de los dos se quería someter. Ninguno de los dos se quería humillar. Y ya se imagina la guerra que había en la casa, al grado que ya no nos soportábamos, despues de amarnos tanto en el noviazgo. Amen.

¿Cuantos quieren ser felices? ¿Quieren ser dichosos? 

“Dichosos los mansos”. “Bendecidos los mansos”.

Póngase de pie. Aleluya. Te damos gracias Señor. Señor, te bendecimos.  Mira Señor, a veces hemos estado atascados, oh Dios, pensando en las heridas del pasado, metiéndonos en malos hábitos, complejos, porque tú no lo eras todo en nosotros. 

Y ahora Señor, en ti, en el Señor; ahora en la iglesia, ayúdanos a cambiar, ayúdanos a hacer legítimos, ayúdanos a ser humildes. No queremos una máscara Señor. No queremos ser hipócritas. Queremos vivir como tú viviste. Queremos vivir de acuerdo a tu manera.

 Yo te permito cambiar me. Dígale al Señor: “Yo te permito cambiar me. Yo me comprometo contigo a ser una persona mansa, a ser una persona humilde. A accionar de acuerdo a tu voluntad, Senor”.

No significa que seré una alfombra que todos puedan pisotear. Significa, Señor, que buscaré tu justicia; la justicia del cielo aquí en la tierra, Señor. El gobierno de Dios aquí en la tierra. En el nombre de Jesús te doy las gracias Papá y los bendigo en tu nombre, Señor. Bendigo cada hombre, cada mujer. Declaro tu bendición sobre sus vidas. Declaro El Fruto de tu Espíritu, Señor. Que se manifieste en sus vidas para la Gloria de tu nombre. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. ¿Cuántos dicen, Amen?

Amén. Que Dios te bendiga. Amén. Gracias nuevamente por la invitación. Gracias Néstor.